
En un espacio donde las paredes son membranas y la luz se descompone en fragmentos, la bañera se eleva como un barco en un mar de concreto. Cada azulejo, un eco del susurro de las ciudades perdidas, mientras las sombras juegan en la transparencia del vidrio.
En un espacio donde las paredes son membranas y la luz se descompone en fragmentos, la bañera se eleva como un barco en un mar de concreto. Cada azulejo, un eco del susurro de las ciudades perdidas, mientras las sombras juegan en la transparencia del vidrio.