
En la penumbra de un apartamento, la luz tenue danza con las sombras. Un sofá gris, con cojines anaranjados, se aferra a la soledad, mientras el jazz resuena en el aire. Fuera, la ciudad murmura, indiferente. La ventana, un umbral entre lo tangible y lo etéreo.
En la penumbra de un apartamento, la luz tenue danza con las sombras. Un sofá gris, con cojines anaranjados, se aferra a la soledad, mientras el jazz resuena en el aire. Fuera, la ciudad murmura, indiferente. La ventana, un umbral entre lo tangible y lo etéreo.